Es una patología, en general benigna con escasa potencialidad maligna que se da en niñas de diferentes edades y básicamente es el nombre que se le da a una estructura de contenido líquido, asemejando un saco con contenido líquido, dentro del ovario. Es una alteración en la histoarquitectura de uno de los ovarios o de ambos. En algunos casos pueden contener no solo líquido, sino tener un contenido mixto.

¿Cómo se manifiesta y cómo se trata?

Se presenta en diferentes edades, y esta es la limitante para la toma de decisiones en cada paciente, aparte de las características de cada caso en particular.
En la INFANCIA la mayoría de los quistes anexiales son benignos.
Los quistes foliculares son el tipo funcional y el teratoma la neoplasia encontrada más frecuentemente. Se presenta con dolor abdominal como signo más frecuente.
En la ADOLESCENCIA los quistes foliculares son frecuentes, y se produce cuando el folículo maduro no ovula, cuando adquieren gran tamaño pueden presentarse con dolor, sangrar, romperse o complicarse con la torsión, que significa que la masa gira sobre sí misma convirtiéndose en una complicación, con dolor, hemorragia dentro del quiste, engrosamiento de la pared, por ecografía e indicación de tratamiento con cirugía. El tratamiento hormonal para el dolor crónico se realiza si la torsión del quiste aún no se presenta y si el quiste es menor de 5 a 8 cm.
Ecográficamente en los quistes foliculares es importante saber que debe repetirse este estudio en el postmenstruo inmediato, porque generalmente desaparecen. Si la imagen persiste y el tamaño es mayor de 5 cm es probable que se necesite una cirugía laparoscópica diagnóstica y eventualmente terapéutica. Los quistes lúteos son a partir de la evolución normal de los cuerpos lúteos y son similares en el manejo a los anteriormente mencionados.
El manejo ginecológico en pediatría es una rama que debe tratarse con cautela, y en gran parte es un área de dominio del cirujano especialista en niños.